El mundo es una tontería, pero Fiona Apple no lo es

No pasa un día en Internet — ahora, para muchos de nosotros, nuestra única conexión con el mundo fuera de nuestros hogares — en el que no estamos intentando encontrar sentido a esta cuarentena. El desmoronamiento y la presentación de un establecimiento americano ya frágil, cruel y falso zumban cada vez más fuerte en el fondo cada día, mientras intentamos convencernos de que nuestros cultivos de masa madre podrían salvarnos del inmenso dolor y sufrimiento interno que sentimos colectivamente, en diferentes grados. Una cosa es evidente: No hay manera de "hacer sentido" de esto, pero quizás haya una liberación. Afortunadamente, una de las artistas más grandes de nuestro tiempo, Fiona Apple, ha construido una carrera escribiendo biblias para liberaciones catárticas de dolor incesante, trauma y patriarcado. Pero en su nuevo álbum, ha empaquetado todo en su álbum más visceral y descontrolado hasta la fecha, y lo ha transformado todo en liberación personal.

Fetch the Bolt Cutters es el quinto álbum de estudio de Fiona Apple y el primero en ocho años desde The Idler Wheel de 2012. Es el sonido de una mujer liberándose de las restricciones de la forma, la expectativa y el establecimiento — quemando todo para crear una obra profundamente singular, diferente a cualquier cosa que haya existido.

Apple, quien es conocida por no salir de la casa en Venice Beach donde ha vivido desde 2000 con frecuencia, creó el sonido de Fetch the Bolt Cutters a partir de recursos encontrados y las limitaciones de su entorno doméstico. El álbum presenta a Fiona pisando el suelo, el maullido de una supermodelo, hasta cinco perros diferentes ladrando, golpeando las paredes, cánticos, aplausos, campanas y una estufa que Apple encontró en un callejón. Los errores permanecen. En la pista de cierre del álbum "On I Go", después de un supuesto error, sonríe audiblemente, "¡Ah, joder, mierda, oh!" y sigue adelante, en línea con la canción, y quizás el mantra del álbum: "Sigo adelante, no hacia o alejándome / Hasta ahora era día, el siguiente día / Hasta ahora con prisa por probar / Pero ahora solo me muevo para moverme."

Lo que precede son viñetas y experimentos radicales en la candidez lírica y audible tan cruda, que es difícil de procesar en una sola escucha, y mucho menos en una docena. "Tienes estas historias que no le estás contando a nadie. Cada una de esas historias es como este pequeño ovillo de hilo. Si no [las expresas], terminan enredándose. Luego es muy difícil sortearlas. Saqué algunos ovillos de hilo en este álbum y los entretejí en algo con lo que realmente puedo trabajar", le dijo a Vulture. Más que nunca antes, y una meditación constante a lo largo del álbum, desenreda sus relaciones con y hacia otras mujeres — desde una conocida de la infancia hace mucho tiempo "Shameika", quien alteró su desarrollo al decirle que "tenía potencial", hasta las novias de hombres que alguna vez persiguió, a mujeres en general con el ruidoso y rabioso "For Her", que escribió tras la confirmación de Brett Kavanaugh en la Corte Suprema.

En "Heavy Balloon", Apple entrega la metáfora más conmovedora sobre vivir con depresión y dolor constantes: "En medio del día, es como el sol / Pero el del Sahara, mirándome / Forzando todas las formas de vida dentro de mí a retirarse bajo tierra / Crece implacable como los dientes de una rata." Pero su voz corta, gruñe, rabia y arde y recuerda el manifiesto de la apertura: "Quiero que lo uses, pon la música a todo volumen. ¡Golpéalo! ¡Muerde! ¡Lastímalo! Siempre que quieras comenzar, comienza. No tenemos que volver a donde hemos estado." En Fetch the Bolt Cutters, Apple siempre termina emergiendo triunfante en sus propios términos, brillante, divertida, conmovedora, y finalmente liberada de las tonterías.