Whatever The Weather’s Atmospheric Ambience

Hay algo inquietante en intentar hablar sobre el drástico cambio en los ritmos interminables de la sociedad durante los últimos dos años. Decir algo demasiado concreto, y las palabras simplemente se quedan cortas. ¿Cómo puedes empezar a describir todos los cambios interminables, las sutilezas, la tumultuosidad en nuestros entornos internos y externos? Al igual que los cambios en el clima, las implicaciones del cambio a menudo se entienden o se sienten a nivel sensorial antes de ser verbalizadas o procesadas intelectualmente.

Es adecuado, entonces, que una artista de club como Loraine James se vuelva hacia la música ambiental en su álbum más reciente: su debut homónimo en Ghostly y el primero bajo el seudónimo Whatever The Weather, lanzado el 8 de abril. Aunque es indudablemente James, su sonido es un marcado contraste con los estilizados e intrincados sonidos de drum 'n' bass, drill o glitch de trabajos anteriores como Reflection de 2021. Por razones obvias, el cambio hacia lo ambiental refleja los cambios de estilo de vida colectivos generales, pero también es un género visceral, al igual que el club experimental que la hizo uno de los nombres más importantes de Hyperdub. Whatever The Weather es visceral por razones muy diferentes, por supuesto, abarcando todo en su sutileza. La falta de estructura de las pistas, combinada con el eterno oído de James para los detalles que provocan emociones, se presta a tonos atmosféricos ricos que te afectan a nivel celular y dejan tu cerebro demasiado relajado para ponerse al día. La orquestación atmosférica de la artista te guía suavemente hacia una experiencia de escucha basada en confiar en tus sentidos más que en tu intelecto.

El atrevido cambio sonoro, en parte, explica el nuevo seudónimo. James ha dejado claro que sabe cómo suena la música bajo su propio nombre, y la música que encontramos en Whatever The Weather simplemente no parecía encajar con su nombre, o incluso tener sentido en Hyperdub. Quería que este escaparate alternativo para su arte reflejara la libertad que encontró fuera de su propio nombre. Criada por una madre con gustos musicales variados en Enfield, al norte de Londres, James tomó clases de piano de niña y se sintió atraída por la música emo y el IDM que encontró en Internet en su adolescencia, entre una infinidad de otras influencias. James dijo que dejó que algunas de estas primeras influencias dirigieran el disco, y el piano, el sintetizador y el órgano se sientan en el asiento del conductor en pistas como el cálido abridor del álbum “25°C” y el radiante “36°C”. Entrar en un nuevo espacio, en sonido y en nombre, es representativo de los diversos intereses artísticos de la productora.

“Es agradable dirigir una energía diferente hacia ello”, le dijo a Tim Sweeney en una entrevista de radio en Beats in Space de Apple Music. “No sé ni siquiera cómo sonarían los próximos discos; podría no ser en absoluto ambiental. También por eso lo llamé Whatever The Weather: para no encasillarme”.

La nueva denominación también alude temáticamente al concepto suelto del disco. Cada pista se nombra según la temperatura que evoca su mundo sonoro. Pero estas designaciones no fueron una consideración para James durante la creación del álbum, y tampoco las ve como absolutas.

“Siempre pienso en los títulos de las canciones después de terminarlas; es como lo último en lo que pienso; me gusta quitarme el sombrero de productora y simplemente escuchar y sentir lo que viene con ello”, dijo en la misma entrevista con Sweeney. “Si una pista se sentía cálida, obviamente, sería un grado más alto y si se sentía más fría para mí, entonces sería más baja. Pero obviamente, alguien podría escuchar 30 grados y pensar que se siente bastante frío para ellos”.

También fue especial para James lanzar un disco en Ghostly International, especialmente como fan de artistas de Ghostly inclinados hacia lo ambiental como HTRK y Lusine. Lo más notable, Telefon Tel Aviv terminó masterizando el disco.

“Telefon Tel Aviv es una de las mayores inspiraciones”, anotó. “Solo podría soñar con que él lo masterizara, o incluso le echara un vistazo”.