Suki Waterhouse encuentra su voz

Desde que Suki Waterhouse se convirtió en modelo a los 16 años, ha estado bajo la atenta mirada del público. Combinando sus numerosos papeles como actriz en ascenso y su historial de citas de alto perfil, siempre parecía que miraba su vida desde el exterior, en lugar de experimentarla por sí misma. Aunque Waterhouse lanzó su primer sencillo en 2016, le ha llevado desde entonces lanzar su álbum debut, I Can’t Let Go en Sub Pop Records. Cantar y componer se convirtieron en una forma de recuperar el control sobre su vida, donde podía reflejar y experimentar sin vergüenza. 

“El álbum se llama I Can’t Let Go, porque durante años sentí que llevaba momentos pesados en mi manga y ya no tenía sentido hacerlo”, compartió en una declaración para Sub Pop.  “Hay tanto de lo que nunca he hablado. Escribir música siempre ha sido donde he sentido que era seguro hacerlo. Cada canción del álbum era una necesidad.”

En algunos momentos, Suki Waterhouse desata densos acordes de guitarra y oleadas de voz crujiente que retratan plenamente su confianza ganada. En uno de los primeros sencillos del álbum, “Moves”, y en el subsiguiente “Devil I Know”, Waterhouse ilustra esto con letras que reflexionan sobre el recorrido de las relaciones. Describiendo “Moves”, Waterhouse señaló: “A menudo pienso, ‘¿Qué pasa cuando te golpea alguien que cambia el curso de tu vida entera?’ La canción especula sobre ese viaje, uno que va más allá del deseo y la anhelo físico, donde sabes que ahora tienes algo que dar.”

En otros momentos, el álbum presenta tempos de balada y tonos suaves en canciones como “Put Me Through It”, donde su madurez brilla tras conocer la naturaleza cíclica del desamor, y en “My Mind”, donde Waterhouse retrata una lucha con su propia psique y muestra su mano para que el mundo lo vea. Ella lentamente comparte entre los suaves acordes del sencillo del álbum, “Nothing left to lose / Only my mind.”  

“Bullshit on the Internet” muestra su recuperación de los momentos más lentos del álbum con rápidos rasgueos de guitarra junto con las quejas de la cultura de internet, especialmente como un tema frecuente en los medios. Ella canta: “¿Por qué siquiera reviso? / Debería saber / Es todo una mierda en internet.” Rápidamente regresa a exhalar en falsetes en “Slip”, que juega como una historia poética de perder el amor mientras aún sientes los fantasmales rastros de la persona que ha dejado su huella en tu corazón. 

Tejiendo entre tiernas y suaves melodías de folk inspiradas y bounces firmes de tambores y guitarras que suenan como si pertenecieran a tomas de cinestil de pétalos de rosa en bañeras, Waterhouse encuentra su voz en la música. Mientras I Can’t Let Go fue un álbum que tardó en hacerse, traza momentos cruciales de su vida y los coloca en una vitrina, donde cada rincón es visible para el oyente. Y en este momento del debut de Suki Waterhouse, por una vez, somos los que miramos desde fuera hacia adentro.