Blackman provenía del mundo del jazz, pero pasó tiempo en la hibridación de fusión-funk que flotaba alrededor de los bordes de las listas en ese período de transición de principios de los 80. Aunque se deslizó entre las grietas en ese momento, Don Blackman es una pequeña obra maestra del funk que merece un lugar en la estantería junto a A Whole Nother Thang de Fuzzy Haskins, Blacktronic Science de Bernie Worrell, Drop the Line de Trey Lewd y otros. Aunque esos álbumes aparecen en la mayoría de las discografías expandidas de P-Funk, a menudo no se encuentra el disco de Blackman, ya que no hay grabaciones o producciones de Clinton, Collins o Worrell. Podría tener más sentido pensar en ello en el centro de un diagrama de Venn cuyos círculos incluyen P-Funk, el j...