Una pieza del cielo de Strand of Oaks

Strand of Oaks es un proyecto que ha evolucionado junto a Tim Showalter a lo largo de las etapas de su vida. Desde el principio, son esas reflexiones las que han estado en el centro de su música: una colección de pensamientos humanos, emociones y experiencias, todas tocantes y relatables de una forma u otra para los oyentes. Pero, en su mayoría, sus álbumes siempre han sido una especie de salida para procesar preguntas existenciales, lo cual es tanto audible como lírico en álbumes anteriores.

In Heaven emergió en un período sensible para Showalter, cuando tanto su gato como su suegra fallecieron. Para el cantautor, la pérdida presentó una multitud de cambios en su vida. Se mudó de Pensilvania a Texas, encontró la sobriedad e incluso comenzó a pintar como hobby. Aunque, por supuesto, el duelo está presente en su álbum, lo que viene después del duelo —esos cambios drásticos— es lo que hace que el álbum valga tanto la pena y sea una divergencia de cualquier cosa en la que ha trabajado antes como Strand of Oaks.

El álbum florece con sonidos encantadores y suaves, rodando tranquilamente con una guitarra acústica que eleva el álbum de una manera que lo hace sentir tan apropiado para ser llamado In Heaven. Empapado de momentos atmosféricos que te hacen sentir como un pequeño destello en el tiempo, recorrer cada una de las canciones es una experiencia calmante y reconfortante. La dirección más suave del álbum también lleva consigo una madurez, ya que Showalter busca más allá del desamor, optando en su lugar por encontrar la alegría.

Títulos como “Horses At Night”, “Somewhere In Chicago” y “Under Heaven” logran picos masivos sin tener que escalar nunca en un alboroto de rasgueos duros o percusión poderosa, pero no es para decir que están ausentes en el nuevo álbum cuando canciones como “Hurry”, “Carbon” y “Sister Saturn” ostentan una gloria de sonidos que hacen voltear la cabeza. Este último lanzamiento también ve a Showalter empaquetando sintetizadores, que es la primera vez que los incluye en un álbum desde Heal de 2014. Del mismo modo, parece que al volver a colaborar con antiguos y nuevos colaboradores como Carl Broemel y Bo Koster de My Morning Jacket, James Iha (escuchado en “Easter”) y Kevin Ratterman como productor, todos juegan un papel en la forma en que In Heaven se desarrolló.

El lanzamiento es una esperada mirada a una ventana de esperanza y positividad para los fans de Strand of Oaks, y para cualquier persona que busque en la música encontrar consuelo. El calor de las vocales de Showalter emana como una fogata palpitante después de un escalofrío abrasador traído por un frente frío. Una especie de reconfortante aseguramiento tras la melancolía, In Heaven verdaderamente significa un nuevo capítulo.