Entrevista: Uno de los ingenieros de Pinkerton detalla la creación del álbum
Pinkerton o bien era o no era exactamente lo que se suponía que debía ser, dependiendo de a quién le preguntes y cuándo se lo preguntes. Esa es una de las partes clave del concepto del álbum; fue un álbum inquietante de hacer, lanzar y escuchar. Solo pregúntale a Joe Barresi, uno de los ingenieros principales que trabajó en el álbum tanto cuando era Songs From The Black Hole y Pinkerton y se estaba grabando tanto en Electric Lady Studios en Nueva York, Fort Apache en Boston, y más tarde en Sound City Studios en Los Ángeles.
“Todo el proceso fue una locura, tío, de principio a fin.” Son las últimas horas de la tarde de un lunes y Joe está tomando un descanso de un circo de varios proyectos en los que está trabajando en su estudio en Los Ángeles. “Entramos en [Electric Lady] para grabar este álbum y pensaba que estábamos haciendo una lógica continuación de The Blue Album…. No tenía idea de lo que me esperaba. The Blue Album había sido tan pulido y preciso, pero este álbum cobró vida propia.”
A pesar de la dificultad añadida, estaba funcionando. Bueno, en su mayor parte. La grabación del álbum fue un poco como una montaña rusa desde el punto de vista de la programación, con Rivers matriculado en Harvard y la mayor parte del resto de la banda trabajando en proyectos en solitario, pero eso no fue lo único que hizo las cosas tensas. Este también fue el primer álbum que Rivers había escrito por su cuenta y no estaba funcionando del todo bien. Eso, combinado con la creciente popularidad de dichos proyectos paralelos y los métodos de grabación de granja a mesa, hizo que el estudio fuera un lugar bastante tenso, pero el sonido que estaban buscando definitivamente estaba tomando forma.
“Hablamos de no usar auriculares y buscar una sensación más en vivo que el disco anterior, así que utilicé los mezcladores de auriculares para impulsar algunos monitores/pantallas en el suelo y eso permitió que la banda se escuchara mejor. Aparte de eso, eran 4 chicos en la sala tocando juntos a través de varios tomas de las canciones. Luego me sentaba y editaba las diversas tomas juntas en la canción. El sonido en la sala era masivo porque era todo una mezcla — 2 amplificadores de medio stack y un equipo de bajo todo a máximo volumen en la misma sala con la batería. Las pantallas filtrando en la sala tampoco ayudaron….la única manera en que pude hacerlo funcionar fue añadiendo más suciedad y distorsión para unirlo todo, así que el sonido de los micrófonos de la sala se convirtió en una gran característica. Esto también fue un desafío cuando se decidió cambiar una nota — era bastante fácil grabar la nueva nota, pero como se grabó en vivo, eso significaba que la antigua nota incorrecta también estaría en los sonidos de la sala— muestrear la sala, cambiar el tono y volver a grabarlo en cinta fue la única solución. En cuanto a la grabación de las voces, eran tres chicos de pie en un triángulo cantando juntos — si uno se equivocaba, tenía que grabar a los tres porque la nota errónea estaría en los otros dos micrófonos….todo un desafío, pero en última instancia una forma genial de trabajar, y tan diferente a hoy en día cuando todo lo que hace un cantante es mover los labios a palabras que se pueden arreglar más tarde— estos chicos tenían que intentar hacerlo bien a la primera.”
Sin embargo, valió la pena el esfuerzo ya que ahora lo sabemos, y todo ese trabajo llevó a uno de los álbumes más importantes de los 90. “Fue un honor ser parte del proyecto, y fue una de las cosas más desafiantes y gratificantes de las que jamás haya formado parte. Quiero decir, es una locura, hombre. Piénsalo. Estábamos trabajando en el nacimiento del emo rock y no teníamos ni idea. Eso es tan increíble para mí.”
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