¿Alguna vez has querido ponerte las botas de un cazador y vagar por paisajes góticos y victorianos mientras te encargar de matar bestias y monstruos, algunos del tamaño de edificios? ¿Te ha enfurecido tanto la dificultad de un juego que arrojaste tu control en plena rabia, solo para encontrarte recogiéndolo de nuevo unos minutos después? Bueno, este juego es para ti.
\nPara ser directo y conciso, Bloodborne es difícil… tan difícil como Mega Man (NES). Claro, las oscuras y serpenteantes calles y las catedrales imponentes son un espectáculo digno de ver, pero cuando has visto estas escenas un millón de veces porque este imposible problema de un hombre lobo blanco gigante te sigue aplastando al suelo, tiendes a desarrollar visión en túnel. Después de tu 30ª tentativa fallida en una pelea con un jefe, es posible que termines entrando en una callejón que siempre has estado evitando porque esperabas que el jefe fuera un prerrequisito, y aunque tuvieras razón, ya no te importa, porque es mejor que volver a ser derrotado.
\nEn este juego de pelear, morir, enjuagar y repetir, la variedad es bienvenida, y la manera más fácil de aportar algo de diversidad es enchufar tu propia lista de reproducción de música. Algunos pueden alimentar la rabia que provoca Bloodborne con una adecuada dosis de metal, pero yo tomé un enfoque completamente distinto. Hay una razón por la cual la música de juego suele ser instrumental y se empuja al fondo. La música nunca está destinada a distraer, y en un juego como Bloodborne, el enfoque es clave. Incluso algo tan simple como un ritmo podría arruinar una evasión y llevarte a las fauces de la derrota.
\nEn esta lista de reproducción hay pistas ambientales con un lado más brillante. El contraste añade un alivio a la oscuridad: como añadir una fresca rodaja de tomate a un sándwich de queso tostado... un sándwich de queso realmente oscuro y ensangrentado.
\nhttps://open.spotify.com/user/1221914413/playlist/2SMdHbpeUqyxE9HbZIOpcQ
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