Cada semana, te hablamos sobre el álbum que, por encima de todos los demás, necesitas dedicar tiempo esta semana. El álbum de esta semana esWe Got it From Here...Thank You 4 Your Service, el primer álbum de A Tribe Called Quest en 18 años, y el último, ya que el miembro fundador Phife Dawg falleció a principios de este año.
Aquí están las edades de los miembros de A Tribe Called Quest, tanto de tiempo completo como parcial, y algunos de sus asociados: Q-Tip, 46; Ali Saheed Muhammed, 46; Jarobi White, 45; Busta Rhymes, 44; Consequence, 39. Phife Dawg, que falleció a principios de este año debido a complicaciones derivadas de la diabetes y a quien se dedica We Got It from Here, Thank You 4 Your Service, el primer álbum de Tribe en 18 años, tenía 45. Resalto sus edades por una razón: vivimos en un tiempo donde la brecha generacional en el rap parece más amplia que nunca, o al menos más sensacionalizada. Los antiguos están indignados por la falta de reverencia de la nueva generación hacia sus predecesores; los jóvenes se quejan de que no reciben suficiente respeto por romper barreras y desarrollar sus propios sonidos (que, es importante notar, a menudo toman como punto de partida los ya existentes).
Lo que es especialmente sorprendente de We Got It from Here, Thank You 4 Your Service es que encuentra a Tribe abrazando a la nueva generación con una generosidad notable, no porque sirva como prueba de su impacto, aunque ciertamente lo hace, sino porque les imbuye de un sentido de propósito. “Habla con Joey, Earl, Kendrick y Cole, guardianes del flow/ Son extensiones de alma instintiva”, rapea Q-Tips en “Dis Generation”, entendiendo que cada generación tiene su propio lugar en la historia y sonando revitalizado por la noción de compartir lo que han aprendido a lo largo de los años en lugar de tratar a los jóvenes como competencia que los está sacando del foco y dejándolos atrás en el proceso. “Kids”, que cuenta con una destacada participación de André 3000, es aún más explícito en este sentido: apelar a experiencias compartidas entre generaciones evita que se sienta pedante. Ni Three Stacks ni Q-Tip se presentan como censuradores desconectados, sino como espíritus afines que poseen una sabiduría adquirida que pueden rapear con maestría.
Y rapear extremadamente bien es algo que todos los invitados a participar hacen. Ya sea el cadencia influenciada por el patois que colorea “Solid Wall of Sound”, que brillantemente voltea una muestra de “Benny and the Jets”, o el intercambio sin esfuerzo encontrado en “Dis Generation”, donde Q-Tip, Phife, Busta y Jarobi se deleitan en pasar el testigo entre sí, agradecidos de estar en la misma canción de nuevo después de tanto tiempo. Es un caso clásico de amigos sacando lo mejor de cada uno, amplificado por la palpable alegría de simplemente estar en presencia física del otro. Jarobi no ha tenido tanto swing, bueno, quizás nunca, y aparece a lo largo del álbum con pequeñas y potentes intervenciones, principalmente en “Movin’ Backwards”. Consequence se roba cada canción en la que aparece, y junto con Busta, que también suena más comprometido aquí de lo que ha estado en al menos una década, los dos forman el tipo de dúo en “Mobius” que no sabíamos que necesitábamos y que ahora no podemos imaginar nunca haber tenido la oportunidad de escuchar. Y a pesar del incisivo comentario del álbum, sus ritmos y flujo siempre se destacan por sí mismos, el equipo ensamblado entrando y saliendo de los ritmos con el vigor de raperos de la mitad de su edad, la producción de banda en vivo es nítida y agradablemente contundente sin sentirse polvorienta (o invitando dolores de cabeza por la autorización de muestras).
De los numerosos hilos recurrentes del álbum, su celebración de la amistad es el más poderoso. En ninguna parte esto se ejemplifica mejor que en “Lose Somebody”, un emotivo tributo a Phife Dawg en el que Q-Tip reconoce la naturaleza compleja de las relaciones interpersonales: “Malik, te trataba como a un hermanito, eso te volvía loco/ A veces excesivamente protector, pensaba que era para tu beneficio/ A pesar de todas las peleas y mierdas cinematográficamente documentadas/ Lo que más aprecio es: tú y yo nunca fingimos/ Rimas las escribiríamos, tiempos difíciles las pelearíamos/ Dimos gracia cara a cara, lo arreglamos.”
En “Movin’ Backwards”, Anderson .Paak canta lo siguiente: “Tal vez la respuesta no está allí arriba, tal vez está en algún lugar en el suelo.” En otras palabras: mirar al cielo en busca de ayuda es una larga espera para un tren que no viene, y son las personas a nuestro alrededor las que pueden efectuar el cambio. No es una percepción novedosa, pero encapsula la filosofía de Tribe, si se pudiera destilar una. Y en un tiempo incierto donde las brechas entre grupos con puntos de vista divergentes parecen ser más amplias que nunca antes, se siente vital escuchar eso. Es ese espíritu de colaboración, y su compromiso con la resistencia continua ante lo que parecen ser probabilidades abrumadoras, de donde A Tribe Called Quest siempre ha encontrado su fuerza. Con su último proyecto, un grupo de amigos de toda la vida de Queens, Nueva York, han creado una refutación a la idea de que envejecer significa volverse más insensible, más complaciente o más encerrado. O, como prueba We Got It from Here, Thank You 4 Your Service, menos potentes.
Renato Pagnani es un escritor con sede en Edmonton. Ha escrito para Pitchfork, Rolling Stone, Spin, Fader y Edmonton Journal.
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