An Inside Look at ‘The Lonesome Crowded West’

Calvin Johnson, de K records, fue reclutado para ser parte del proceso. Calvin también había grabado a Modest Mouse en el pasado en su estudio de Olympia, Dub Narcotic Studio, y yo había trabajado con él en otras grabaciones, así que, en muchos sentidos, todos habíamos trabajado juntos antes. Grabar a Modest Mouse siempre era emocionante, y las canciones parecían desarrollarse de forma muy natural, gracias a la aparentemente infinita creatividad de Isaac Brock y la habilidad inherente de la banda para crear grandes partes sobre la marcha. Ya había visto este proceso antes, pero poco sabía que este álbum iba a prender fuego e impactar tanto como lo hizo. Sigue siendo un logro monumental para la banda. Para mí, fue una experiencia de vida como ninguna otra, y fue mucho más allá del trabajo de grabar un álbum. También tuve la suerte de contribuir con partes de guitarra y luego salir de gira con la banda después del lanzamiento del álbum. Realmente me voló la cabeza ser parte de todo esto durante este momento importante en la carrera de la banda.

Creo que es relevante describir el espacio donde hicimos el disco. Moon Studios no era una instalación cara y lujosa, pero tenía una vibra genial que a la gente parecía encantarle. Era un pequeño espacio comercial convertido, ubicado en el extremo oeste del centro de Olympia. Estaba a dos cuadras de Percival Landing, el extremo sur de Puget Sound. A medida que las mareas iban y venían, también lo hacían mantos de nubes, niebla y lluvia que parecían establecerse de forma permanente, con el sol apareciendo solo ocasionalmente. Los sonidos de las gaviotas eran una constante, junto con el ruido mecánico y las conversaciones del taller de neumáticos a la vuelta de la esquina. Las calles del pequeño centro estaban llenas de bares de mala muerte que quedaron de la era de la tala, espacios de actuación, tiendas de discos, cafeterías y pequeños restaurantes. La ciudad realmente estaba en auge en ese momento, ya que la escena musical de Olympia estaba cargada de eventos como el festival International Pop Underground y los festivales Yoyo A Go Go, que todos se llevaban a cabo en el icónico teatro Capitol. Esta emoción se extendió a los barrios cercanos donde los espectáculos en sótanos eran comunes y la ética era muy DIY.

Cuando entrabas a Moon Studios, lo primero que podrías pensar es que acababas de entrar en una tienda de antigüedades en decadencia. Las paredes del estudio estaban decoradas con varias cosas antiguas con cuerdas (mandolinas de calabaza, arcos de violín, ukeleles, etc.) y arte de los años 60 recopilado por el dueño del estudio. Lámparas viejas con pantallas de cuentas proyectaban una luz tenue alrededor de la sala. Una pared contaba con tablas de madera altas y gruesas provenientes de un granero demolido. Compartíamos estas paredes con una tienda de cómics a un lado y una sala de lectura de tarot al otro. Los jugadores en la tienda de cómics siempre parecían disfrutar de la música que retumbaba a través de las paredes y el dueño estaba de acuerdo con que hiciéramos lo nuestro. No tanto cuando se trataba de la sala de tarot que compartía nuestra pared de control, ¡pero lo que sea, eso no nos iba a detener!

Todos estos negocios vivían en el primer piso del edificio Odd Fellows Lodge y, lamentablemente, esos viejos cascarrabias eran nuestros caseros y nunca se llevaron bien con lo que teníamos. Hubo una vez que apagaron la electricidad a una sesión que estaba dirigiendo a mitad de una toma. Afortunadamente, un miembro de la banda que trabajaba para el sello Kill Rock Stars ubicado en el mismo edificio tenía llaves del piso superior y pudo restablecer la electricidad en el disyuntor, después de lo cual instalamos nuestro propio candado en la caja. Aparentemente, eso fue la última gota, ya que fuimos desalojados unas semanas después. Podía ser una locura a veces (o quizás un caos controlado sutilmente), pero teníamos una sala decente y muchas grabaciones fantásticas fueron capturadas dentro de esas paredes.

Grabamos principalmente con equipos analógicos vintage; nuestro equipo era una grabadora de cinta de 16 pistas 3M M-56 de 1969, y estaba emparejada con una consola Collins de 24 canales de principios de los años 70. La leyenda dice que esta consola una vez perteneció a Ike y Tina Turner. Dejo a tu criterio decidir si eso es bueno o malo. Teníamos una gran colección de preamplificadores y compresores vintage de RCA, Ampex, UREI, Telefunken, Neve y otros. Muchas de estas unidades eran de tubo y sonaban muy a los años 50-60. Para las sesiones de LCW, Calvin trajo su colección de micrófonos vintage, dándonos más opciones tonales. Y hablando de tono, cada vez que aplicaba EQ a un canal, Calvin lo reponía a cero después de que me iba. Realmente quería que los micrófonos hicieran el trabajo. Por ejemplo, los tambores no necesariamente estaban microfoneados de cerca. Los micrófonos se colocaron alrededor de los tambores donde pensamos que sonaban mejor y funcionaban bien con los otros micrófonos y la sala misma. El enfoque de Calvin para grabar es poco convencional, y llegó todos los días con un positivismo y entusiasmo contagiosos que definitivamente nos ayudaron a navegar los largos días que enfrentábamos.

No había automatización de mezcla con nuestro equipo, lo que significa que cada mezcla era una interpretación. Había trozos de cinta adhesiva por toda la consola con direcciones garabateadas para activar o desactivar un envío, subir o bajar un fader o mover la palanca de retraso en la máquina de eco de cinta Echoplex, todo en tiempo real. A menudo se necesitaban varias personas durante el proceso de mezcla, y usualmente los miembros de la banda prestaban una mano, literalmente. No era raro ver a cinco personas amontonadas alrededor de la mesa ayudando, y cuando estaba claro que lo habíamos logrado, la sala estallaba en vítores y alivio.

Las primeras grabaciones de Modest Mouse hechas en Moon exploraron algunas de las posibilidades sónicas que un estudio puede proporcionar, como sonidos al revés, ambientación añadida y efectos. Nos acercamos a The Lonesome Crowded West de manera diferente. Es un disco de rock crudo; una instantánea de la banda en ese momento, con poco adorno. Instalamos los micrófonos y capturamos las pistas básicas, luego sobregrabamos las voces, la guitarra y músicos invitados. Toda la banda tocaba en nuestra sala principal, y usábamos bafles acústicos para obtener el mejor aislamiento posible para los amplificadores de guitarra y bajo. La banda grababa en vivo, con las pistas de bajo y guitarra usadas en las mezclas finales. Podía ser un desafío a veces, pero el objetivo era capturar la energía de la toma en vivo. En un momento, antes de grabar “Long Distance Drunk”, Jeremiah Green dijo que estaba cansado de los sonidos naturales de batería acústica. Jugamos un poco, pero terminamos usando el truco que George Martin usó en los tambores de Ringo: poner toallas de té sobre los parches de los tambores para darles un sonido apagado. Cuando llegó el momento de las voces, creo que usamos un Neumann U 87 como nuestro micrófono principal, pero también colocamos un micrófono en el baño de azulejos junto a la sala principal. Actuó como un micrófono de eco distante y se puede escuchar en “Trailer Trash” y otras canciones. Aparte de eso, los sonidos se capturaron tal como venían de la fuente.

En un momento después de que comenzamos a mezclar, determinamos que necesitábamos un violín en un par de pistas. Mencioné a un chico llamado Tyler Reilly que conocía en Seattle y rápidamente lo llamé por teléfono. Tomó un autobús hacia Olympia esa tarde, grabó sus pistas en solo un par de horas y luego tomó el siguiente autobús de regreso a Seattle. Tyler continuó contribuyendo partes de violín a The Moon & Antarctica y tocó con la banda por un tiempo. Otra vez, estaba sentado en el sofá junto a la consola, escuchando una reproducción de “Heart Cooks Brain”. Tenía una guitarra en mi regazo y comencé a tocar una frase de tres notas repetitiva, casi inconscientemente. Isaac se giró y dijo algo como, “¿Qué es eso que estás haciendo? ¡Necesitamos eso en la canción!” La próxima cosa que supe, estábamos grabando la parte. Lo que estoy diciendo aquí es que no faltaron momentos espontáneos durante la grabación de este disco. También hubo contribuciones planificadas como los platos giratorios de Kento Oiwa, la guitarra de Dann Gallucci y los coros de Nicole Johnson.

Para la grabación de The Lonesome Crowded West, los días eran largos, alcanzando 10-12 horas por sesión. Normalmente comenzábamos alrededor de las 11 a.m. y terminábamos a la misma hora en la noche. A partir de ahí, era a Ben Moore’s o King Solomon’s Reef, o había este cool club de baile con una vibra underground y entrada por un callejón a unas pocas cuadras de distancia donde terminamos varias veces después de cerrar el estudio. Era un lugar de reunión básico para muchos involucrados en la escena musical de Olympia y un gran lugar para desahogarse después de un día de grabación. Sí, Isaac Brock, yo mismo y quienquiera que estuviera con nosotros rompimos la pista unas cuantas veces, si me permites decirlo.

Y sí, la gente lo notó. Durante el día, caminábamos mucho por la ciudad. Había un tipo que filmaba algunas de las sesiones, y él se unía para obtener imágenes y parecía que le gustaba sacar a Isaac del estudio. Había una pequeña tienda apretujada entre un par de edificios de oficinas a un par de cuadras en Capitol, para comprar cigarrillos y esas cosas. Era un destino frecuente y un breve escape de los tambores giratorios del estudio. Sobredoblar voces en tantas canciones es una tarea ardua tanto para el intérprete como para el ingeniero. Es mucho avanzar y retroceder rápidamente para obtener las partes en la cinta. Muchas veces de “¿Entonces a qué línea quieres que retroceda?”. Recuerdo perder la cabeza después de unos días, y Calvin sugiriendo con calma que tomara un poco de tiempo para tomar aire. Siempre recuerda hacer eso.

Lo que realmente me llama la atención de The Lonesome Crowded West es este viaje que te lleva. Menos como un álbum conceptual y más como una banda sonora de un viaje por carretera. Va de un sentimiento a otro, desde apretar los dientes hasta una calma reconfortante, desde el amor hasta la angustia, desde la esperanza hasta la desesperación, con el estado de ánimo y la emoción cambiando como maleza rodante en un día ventoso. Las palabras realmente te hacen pensar, con una complejidad enigmática a veces. Te atrapa desde el inicio del disco: “Desde la cima del océano, sí, desde el fondo del cielo, joder, ¿puedo ponerme claustrofóbico, puedo, ya sabes que puedo”?, y luego una simplicidad eufórica como, “De pie, en la hierba alta, sin pensar en nada”, mientras una línea de guitarra ecoica y dispersa serpentea. La interrogación sobre el ser y el propósito, la religión, el capitalismo, la destrucción por avaricia de la naturaleza, el implacable avance de la expansión urbana en lugares una vez hermosos, el amor y la duda de uno mismo, todo parece aparecer en las letras. Es todo lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor en ese momento. Seattle estaba expandiéndose e Issaquah, Washington, de donde es originalmente la banda, estaba siendo absorbida en la masa. Todo está en la música.

La primera vez que estos chicos aparecieron en nuestro estudio para grabar, todavía estaban en la escuela secundaria. Ser tan jóvenes y tener a tanta gente queriendo una parte de tu vida sería realmente difícil a esa edad, el reto de manejar el éxito en la música mientras simultáneamente te conviertes en adulto. En ese momento, parecía que Isaac estaba resistiendo contra estas presiones y se aseguraba de poder hacer las cosas a su manera. Canciones largas y sinuosas que no encajan en ningún formato pop tradicional son algo que amo de Modest Mouse, y es su agudo sentido de la dinámica lo que hace que las canciones respiren con vida. Las canciones no son técnicamente perfectas, son salvajes y naturales, y hubo muy poco intento de cubrir las pequeñas imperfecciones con trucos de grabación. Para mí, hay una honestidad y autenticidad entrañables inherentes a este álbum que no existen en mucha música popular. Es similar a una pieza de arte enmarcada hermosa, escultura o trabajo en metal que obviamente es hecho a mano, debido al hecho de que exhibe imperfecciones notables. Perfectamente imperfecto: The Lonesome Crowded West.