Horn of Plenty (2004)

En el año 2004, no había expectativas de que Grizzly Bear explotara de manera tan masiva como lo hizo. Para Ed Droste, era un proyecto grabado tras una ruptura. Canalizó sus sentimientos en maquetas que eventualmente se convertirían en Horn of Plenty. El álbum parece estar muy alejado del sonido que Grizzly Bear cultivó en álbumes posteriores, principalmente catalogado como un proyecto encabezado por Droste. Él deambula a lo largo del álbum, dejando que su voz se mezcle con la ambientación. El sonido se desliza a través de los auriculares, y es una sensación similar a la de correr en un sueño. No importa cuán duro o rápido intentes moverte a través de las canciones, un peso se cierne sobre tus hombros. Por supuesto, la sensación se atribuye únicamente a la capacidad de la banda para empaquetar la melancolía asociada con la ruptura de Droste y reconstruirla en un álbum cautivador. También ayuda que el álbum lleve elementos como voces e instrumentos distantes, dándole una calidad marchita y relatable.

Yellow House (2006)

Los lazos de Grizzly Bear con Cape Cod son fuertes, incluso durante este álbum de 2006, que lleva el nombre de la casa amarilla de la madre de Droste. Aunque solo pasaron dos años entre Horn of Plenty y Yellow House, el cambio de sonido es inmenso, lo cual también se debe en gran parte a Christopher Bear y las adiciones de Daniel Rossen y Chris Taylor. Yellow House presenta un sonido significativamente más nítido, incluso en las primeras notas de la canción de apertura “Easier.” El álbum, aunque sigue preservando su ambiente y su experimentación, tanto suena como se siente más intencional en su enfoque. Más allá de los momentos susurrados en Yellow House, los compañeros de banda trabajan claramente en tándem para resaltar sonidos imponentes.

Shields (2012)

Para este momento, Grizzly Bear se había convertido en sinónimo de melodías conmovedoras y rock indie emblemático de la primera década de los 2000. Tras Veckatimest, Shields es una continuación de cómo la banda encontró su enfoque accesible en Veckatimest que parecía resonar con audiencias más amplias. Mientras que en álbumes anteriores los instrumentos chocaban de una manera hipnotizante como un artista trabajando en una pintura abstracta, este álbum se despliega con una calidad encantadora, ligeramente más reservada.

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Painted Ruins (2017)

Desde Painted Ruins de 2017, Grizzly Bear no ha lanzado otro álbum. Painted Ruins parece casi completamente alejarse de la experimentación en el primer álbum de Grizzly Bear. A pesar de esto, el álbum aún mantiene claramente ese sonido clásico de rock indie específico de la banda. Es un álbum de 11 pistas que más obviamente ilustra su evolución. Entre canciones meditativas y otras que avanzan con una sensación de ligereza, Painted Ruins lo cubre todo.