A Clipse Primer

Re-Up Gang + Clinton Sparks: We Got It 4 Cheap Vol. 2 (2005)

Atrapados en una espera con Jive, su próximo álbum en el purgatorio del cambio de discográfica, los hermanos Thornton reclutaron a los pesos pesados de Filadelfia, Sandman y Ab-Liva, para formar el Re-Up Gang. Acompañados por Clinton Sparks, la Serie We Got It 4 Cheap produjo dos volúmenes en un año, y un tercero llegó tres años después. Una década más tarde, la segunda entrega reina suprema mientras el Re-Up pasa una hora prosperando y emocionando con rap mesiánico de cocaína sobre cualquier y todo estándar de la industria. Lo que ves es lo que obtienes: cada olla, estufa, hilo y ángulo del tráfico de drogas. Hay estudios de caso de cómo secar un nicho, y luego está el Clipse en su forma inalcanzable de mixtape: ellos son el nicho, y el Re-Up Gang es la invención de la frustración.

Hell Hath No Fury (2006)

El regreso de Clipse a la forma del álbum de estudio llegó en otro clásico certificado que lleva su ethos aún más hacia la destrucción seductora que desgarrá todo lo que conocen. Aunque finalmente lograron salir de la situación con Jive, el juego del rap amenazaba con devorarlos como lo hizo el juego de la cocaína, resultando en una precisión aún más oscura y afilada. Los Neptunes regresaron detrás de los controles, sin miedo de llevar a Push y Malice a los límites sónicos del rap mientras los hermanos nos llevaban a los límites de su existencia. La paranoia es más palpable, el esplendor es más frívolo y el perdón puede que nunca llegue. Si debes mostrar a alguien cómo era el hip-hop de mediados de los 2000 en su forma más fastuosa y atormentada, esta es la mirada definitiva al equilibrio del traficante.

Puedes conseguir la edición VMP de este álbum, nuestra Grabación de Hip-Hop del Mes de noviembre de 2021, aquí.

Til The Casket Drops (2009)

Después de un tercer volumen de WGI4C y otro mixtape preludio, Clipse volvió para una vuelta de victoria en una carrera que no sabíamos que estaba a segundos de terminar. Por dentro, la conciencia seguía devorándolos mientras el impulso de ganar les rogaba que empujaran. ¿Cómo pueden reconciliar un legado con el dolor que han infligido? Fuera de la fantástica intro “Freedom”, donde los hermanos se miran a sí mismos y sus males, el resto del álbum juguetea en una flexión y flujo extendidos, la presencia más pop de los Neptunes lanzando la fórmula de la oscuridad que perfeccionaron. Este esfuerzo de Clipse es lo más ligero de la discografía por una milla: días más brillantes en el horizonte, formas más grandes de derrochar y fanfarria agridulce para los chicos de la droga con la trampa más lejos en su espejo retrovisor.

Pusha T: My Name is My Name (2013)

Cuando King Push se lanza en solitario, pivotando hacia la fábrica de G.O.O.D. Music de la que un día se convertiría en presidente, el potencial de superestrella prospera mejor al volver a la oscuridad. Este álbum pinta a Pusha T como reformador, sobreviviente y renegado profundamente en la industria de la música; en el clásico sencillo “Numbers on the Boards”, dice: “...might reach back and relapse to wrappin’ up this raw”. Cuando nos lleva de vuelta a Virginia —donde no había mucho que hacer excepto cocinar—, sigue siendo tan inmersivo e implacable como su entrada una década antes. Cuando se inclina hacia pastos más pop, los resultados varían, pero el impulso del chico de la droga late bajo la línea de bajo, como una leyenda sin problema en recordarte de dónde viene y por qué sigue intocable.

No Malice: Hear Ye Him (2013)

En el mismo año en que su hermano se asentaba solo en el centro de atención, Malice regresó silenciosamente a la música con un álbum en solitario como primer paso en el camino hacia la redención. Añadiendo el “No” a su nombre, las implicaciones religiosas y bíblicas a lo largo del catálogo de Clipse toman el centro del escenario mientras No Malice reflexiona sobre la maldad de su pasado mientras aclara las relaciones alrededor de su ruptura. La producción deja mucho que desear, a veces incluso suena drásticamente anticuada, pero cuando No Malice se concentra, evoca momentos de gloria técnica pasada. No te pierdas “Shame the Devil”, el último rastro de una canción de Clipse que tenemos hasta hoy.

Pusha T: King Push: Darkest Before Dawn: The Prelude (2015)

De alguna manera, acercándose a los 40 y con casi dos décadas en el juego, Pusha T todavía puede girar una canción de crack como ningún otro en su clase. Aunque el truco está lejos de ser original a estas alturas, sigue sobresaliendo con algunos de los instrumentales más oscuros de la época. Cuando un hombre se describe a sí mismo como el “L. Ron Hubbard de la despensa”, te preguntas por qué aún no ha sido destronado de su nicho. Ab-Liva reaparece, Jill Scott da un gancho fenomenal, incluso Beanie Sigel viene para un esfuerzo increíble como invitado. (Seguimos esperando el producto final al que este álbum era el preludio, sufriendo a través de interminables retrasos y ocasionales sencillos).

Bonus: Kanye West: “Runaway (feat. Pusha T)” (2010)

La historia cuenta: cuando Pusha fue a Hawái a trabajar en las sesiones de My Beautiful Dark Twisted Fantasy, Kanye West le dijo que agregara “más imbécil” a su verso cada vez que se acercara con una reescritura. Cuatro intentos después, la exhibición más espectacular de diseño de idiota se cometió en cera, para vivir como un logro culminante para el trabajo de invitado de Pusha T. En uno de los saltos artísticos más arriesgados de Kanye —un sencillo de nueve minutos culminado por tres minutos de quejidos distorsionados de Auto-Tune— no sería nada sin Push haciendo el papel del villano que estaba siendo en tiempo real. Es el pináculo del ego, el lujo y el egoísmo; todo territorio que Clipse ya había explorado antes, pero culminado de una manera que no puedes ignorar.