Cada semana te hablamos de un álbum que creemos que necesitas dedicar tiempo a escuchar. El álbum de esta semana es Highway Queen, el tercer álbum de la cantante de música country Nikki Lane.
En cuanto a historias de origen de la música country se refiere, la de Nikki Lane es una de las mejores. Hace unos años, ella era una diseñadora de moda con sede en Nueva York cuando su novio la dejó para ir a Alabama a grabar un álbum de country. Ella pensó que debía ser al menos tan buena haciendo música como su ex, así que grabó su debut en 2011 Walk of Shame y se mudó a Nashville, y abrió la boutique High Class Hillbilly. Dado que la historia--y Wikipedia--ya han olvidado a este ex sin nombre, y Lane está aquí, esta semana, con su tercer álbum--y el mejor--Highway Queen, un álbum audaz, astuto y sagaz, su plan de venganza ha resultado ser bastante exitoso. Ella obtuvo la victoria.
Highway Queen, como su título sugiere, trata sobre buscar la satisfacción personal en las carreteras de Estados Unidos. El héroe de la canción homónima es un cantante country errante, que “no necesita reyes”, que deja corazones rotos a lo largo de 14,000 millas de asfalto. “Jackpot” es una oda animada a Las Vegas, y a la fiesta con una pareja romántica en la tierra de los casinos y las fiestas toda la noche. “700,000 Rednecks”--la apertura ruidosa con el “Yippee Ki Yay” más contagioso jamás grabado--plantea que solo se necesitan 700,000 paletos apoyándote para tener una carrera estable en la música country, pero en última instancia, lo único que importa es poder llegar a una ciudad para personas que quieren verte tocar.
Las canciones de carretera dan a Highway Queen su fuerza, pero las baladas más lentas son lo que hacen a Highway Queen inolvidable. Lane canta mucho aquí sobre relaciones--su pareja Jonathan Tyler co-produjo el álbum--y tomando el riesgo asociado a ellas que Lane ya ha corrido al tomar un riesgo en su carrera discográfica. “Companion” cubre la búsqueda de una nueva relación, ya que Lane se presenta a sí misma como con el corazón roto hasta que alguien digno de ser perseguido como compañero apareció. “Foolish Heart” es toda preocupación; ¿se está lanzando demasiado rápidamente a una relación? ¿Significa todo lo que ella quiere? Y “Forever Lasts Forever” es la culminación del álbum y de las canciones de relaciones; “Para siempre significa para siempre, hasta que para siempre se convierte en nunca más,” canta Lane, con los ojos llorosos por una ruptura.
Lo que hace que Highway Queen sea tan gratificante es que las canciones aquí fueron escritas después de lecciones duramente ganadas. Lane canta sobre las peripecias de la carretera, y de querer que los paletos la amen, y canta sobre no querer apresurarse en una relación, y no querer poner su corazón en juego nuevamente, como si hubiera superado la tormenta y estuviera lista para decirle a todos los demás cómo encontró su camino. Discos como este siempre han vivido en la periferia del núcleo del country--un saludo a la mitad del periodo de Tanya Tucker y los inicios de Reba y básicamente a todas las canciones de Gretchen Wilson--pero Lane infunde nueva vida al género solo por su actitud general de no dejarse atrapar. Nikki Lane es una estrella, y Highway Queen es el mejor álbum de country del año hasta ahora.
Andrew Winistorfer is Senior Director of Music and Editorial at Vinyl Me, Please, and a writer and editor of their books, 100 Albums You Need in Your Collection and The Best Record Stores in the United States. He’s written Listening Notes for more than 30 VMP releases, co-produced multiple VMP Anthologies, and executive produced the VMP Anthologies The Story of Vanguard, The Story of Willie Nelson, Miles Davis: The Electric Years and The Story of Waylon Jennings. He lives in Saint Paul, Minnesota.
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