Bueno, amigos míos, es esa época del año. Realmente creo que si eres alguien que disfruta del tirón emocional del sonido, entonces el otoño es la temporada para ti. El otoño es equivalente al cambio. El cambio a veces es muy bueno, pero también puede ser realmente, realmente horrible. Pasas por un espectro de duelo, como lo hace la naturaleza también. Un escalofrío consume el aire y es casi como si el exterior comenzara a pasar por las mismas etapas de desamor.
El otoño es la única temporada en la que se te permite completamente lamentarte por tu pena, compasión, autocompasión y cualquier tipo de desamor que hayas sentido. Es el momento en que miras afuera y todo el color comienza a drenarse de los árboles, y el cielo tiene un tonalidad gris apagada. Es el momento en que te das cuenta de que toda la comida ha perdido su sabor, y el libro que estás leyendo se ha vuelto insoportablemente aburrido. Es el momento en que ninguna de las 500 personas que pasas al salir del metro tiene caras. El otoño es el momento para que te vistas de piel, te pongas tu maquillaje y ese lápiz labial rojo que a él no le gustaba, te sirvas demasiado champán y bailes la canción que solías tocar con tu ex amante. Es el momento de caminar afuera con el rímel corriendo por tu cara porque a quién le importa quién te vea llorar ahora mismo. Es el momento de emborracharte tanto que pierdas tu abrigo y camines por el medio de la calle medio desnuda sintiendo cada golpe de viento frío, permitiéndote sentir algo, cualquier cosa. Es ese momento de enojarte tanto como nunca lo has estado y destruir todos los marcos de fotos, espejos y recuerdos que te recuerden a algo que una vez se fue. Es el momento de gritar, chillar y golpear y luego suplicar, implorar y hacer promesas vacías por solo un par de días de alivio. Es el momento en el que te das cuenta de lo horrible que puede ser ser un humano emocional. Es el único momento en que tienes dolores de estómago constantes porque tu corazón se está desmoronando dentro de tu cuerpo. Es el momento de tomar baños que están al borde de ser hirvientes con una botella de vino tinto y contener la respiración y pretender que nunca saldrás a la superficie, pero sí lo haces porque es solo un baño y te das cuenta de que esto también pasará. Es el momento de levantarte y darte cuenta de que eres humano, y qué hermoso puede ser ser un humano emocional.
Es el momento de reproducir esa lista de reproducción de otoño que has estado guardando para este momento exacto.
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